Estos días hemos conocido que el Instituto Nacional de Estadística (INE) va a usar los datos de las operadoras de telefonía para estudiar la movilidad. Ciertos sectores se han mostrado contrarios e incluso han alentado a los usuarios a que desconecten sus dispositivos móviles. ¿Por qué rechazan la cesión a las instituciones públicas y no les importa que las grandes operadoras ya los usen?. No resulta lógico que sólo las grandes corporaciones puedan beneficiarse de las tecnologías más avanzadas del siglo XXI y no las administraciones.
Si hace 10 años hubiésemos imaginado que la irrupción de las nuevas tecnologías, la digitalización y el abaratamiento del coste de las tecnologías iba a ser tan rápido y disruptivo, ¿lo hubiésemos creído?. ¿Las empresas se hubiesen preparado mejor?. ¿Podemos imaginar nuestra vida sin aplicaciones como WhatsApp o sin la APP de nuestra entidad financiera?. Parece que siempre han estado con nosotros, pero son muy recientes. ¿Podríamos imaginar ya nuestro día a día sin nuestro móvil?. ¿Son realmente conscientes los usuarios de la valiosa información que generan mediante el uso de dispositivos móviles y cómo las empresas pueden utilizarla?.
Los usuarios han variado su forma de relacionarse con las empresas, sus necesidades. Hay cuatro nuevas fuerzas que ponen en juego el dinamismo de los consumidores y que obligan a las marcas a ser audaces en sus decisiones estratégicas. En primer lugar, la diferenciación, para ello, deben incorporar al cliente en el proceso de desarrollo. En segundo lugar, la lealtad de los consumidores está dada por la capacidad de adaptación de las marcas. Luego, se observa que el ritmo de la innovación se acelera año tras año. Por último, los marcos de referencia de los consumidores también son dinámicos. Valoran la inmediatez, la cercanía y la posibilidad de elección. Las marcas que prosperarán serán aquellas que encaren su visión en conjunto con los clientes, que pongan al cliente en el centro de la organización, liderando los desafíos del futuro.
Los CEO´s cada vez son más conscientes de la necesidad imperiosa de disponer de información oportuna y en muchos casos en tiempo real. El Big Data va más allá de la tecnología. Las empresas saben que la única forma de tomar decisiones acertadas es cuando disponen de información objetiva, repetible, accesible y veraz. Pero ¿las compañías aprovechan correctamente la información de los usuarios?. Podríamos afirmar en muchos casos que el Big Data ha fracasado. Demasiada “Data” sin ser debidamente analizada. Cuando la cantidad de datos e información que tienen las compañías es incapaz de ser analizada para poner como centro al cliente, por encima de los objetivos comerciales, es ahí donde el Big Data no cumple su objetivo más que ser un volumen de datos infinitos, sin ser aprovechados.
Según un reciente estudio, el 85% de los encuestados respondieron que tenían o habían ejecutado programas para orientar la empresa hacia una cultura centrada en datos. De estos, solo el 37% podría mostrar resultados positivos. Este proceso de la buena utilización de toda la información que obtiene la compañía lleva tiempo y el desafío de todo CEO es el de darse cuenta de esto. En este sentido, la innovación es esencial para impulsar un crecimiento sostenido a mediano y largo plazo. De ahí, vemos como es necesario que las organizaciones dejen atrás dinámicas propias del siglo XX para lanzarse hacia el futuro con una mirada innovadora capaz de aplicar Big Data e Inteligencia Artificial, entre otras tecnologías, a los procesos industriales. La industria 4.0 (o cuarta revolución) tiene el potencial de incrementar un 50% el nivel de productividad. El desafío está en saber implementar la transformación que trae aparejada.
Gracias altos niveles de automatización y digitalización, hoy es posible conectar en tiempo real a todos los actores que integran la estructura productiva de una organización, potenciando la capacidad de dar respuesta en el momento que más importa. A través de la inteligencia de datos que se genera en el sistema, ahora es posible descentralizar la toma de decisiones, y pasar de modelos preventivos a modelos predictivos que pueden aplicarse en todas las áreas.
Gestionar en base a información objetiva, con la incorporación del Big Data, poniendo como centro las necesidades al cliente, debe ser la nueva y única manera de hacer negocios. La información es poder, por lo que es necesario implementar nuevas tecnologías y nuevos métodos de trabajo para asegurarse de las posibilidades que ofrece.
El Big Data, unido a la inteligencia artificial, son el futuro. Ofrece infinitas posibilidades para el mundo de los negocios y sin duda, su potencial no ha hecho más que empezar.
Artículo publicado por Airam Rodríguez para La Gaveta Económica